Cuando pensamos en la cocina nos imaginamos los platos que cada día preparamos en ella. Sin embargo, la cocina es también un lugar de encuentros donde los miembros de la familia comparten momentos especiales. Es importante que la cocina sea un lugar que nos haga sentir cómodos. Existen diferentes propuestas que se adaptan a los gustos y a la forma de vida de los miembros del hogar. El estilo de cocina que quiero presentaros a continuación es el campestre: estilo campo en la cocina.

La cocina campestre se identifica por su luminosidad. Las paredes, por lo general, se pintan con tonos claros como el blanco, los cremas, los tonos marfil y los beiges, mucho más fáciles de combinar ya que podemos alternar objetos, muebles y telas en diferentes texturas y estampados y no caer en la monotonía decorativa. Otra característica notable de este estilo es la gran utilización de la madera, material noble y natural que se emplea principalmente en los muebles, y que se caracterizan por su rusticidad. La madera también podemos encontrarla en diversos objetos, utensilios, en paredes y solados, y dota al ambiente campestre de una sensación de frescura y vitalidad.

Suelen ser cocinas de tamaño grande y ocupan, por lo general, bastante espacio. Por esta razón, este estilo es ideal para cocinas de gran superficie, que permitan una distribución armoniosa de los muebles y demás objetos. No hay que olvidar emplear una gran variedad de utensilios y accesorios que aportarán toques de detalle y distinción. Algunas opciones a tener en cuenta son: cesta con frutas en el centro de la mesa, delicadas plantas cerca de la ventana, variedad de botellas de vidrio en los estantes, cestos de mimbre y jarras cerámicas, verduras y flores…

Si hablamos de colores en los que basarnos para crear una cocina rústica, los tonos naturales que evoquen a la tierra son los elegidos. Tonos beige, arena, tierra o incluso piedra son opciones ideales. La combinación de esos colores neutros con otros más fuertes como verdes o azules, da un resultado fantástico. Eso sí, debes utilizarlos en pequeñas pinceladas como pequeños electrodomésticos, cortinas, cuadros o accesorios de cocina. Es importante no olvidar que lo ideal es utilizar pocos colores.