Rose, desde muy pequeña, se dedicaba a visitar con su padre los mercados de pulgas. De ahí su pasión por las piezas vintage y llenas de encanto del pasado que se refleja en su vivienda que hoy os muestro en el blog. Esa maravillosa costumbre la tiene ahora con su esposo Daniel, con el que busca ‘tesoros’ para su casa de 140m² en los Países Bajos. En ella refleja la pasión que le viene de la infancia. La vivienda llena de luz y colores pastel destila aires nórdicos pero con piezas y acentos en vintage industrial que refuerzan la calidez y la personalidad de todo el espacio y de su dueña. Cada elemento de la vivienda cuenta con su propia historia y no está elegido al azar. El interior y el diseño de la casa es de líneas rectas y sencillas que se complementan con objetos muy especiales.

 El color ‘aguamarina’ en particular le aporta un carácter refrescante a este interior holandés muy femenino. Los propietarios quieren ‘derrotar’ al gris del invierno con este delicado color que recuerda las tonalidades del mar y hacer que el ambiente sea más colorido y vibrante, acercándonos a la primavera. El uso de la madera natural y el barro le aporta el grado de calidez y confort necesario en interiores tan luminosos y blancos, creando el contraste perfecto en armonía con las plantas.

No sé con cuál de las piezas me quedaría, lo que sí sé es que resulta el interior perfecto para quedarse a vivir ¿no creéis?