Muy próximo al río Hudson en Nueva York, esta antigua fábrica se ha reconvertido en un loft lleno de estilo y lujo. Con techos altos, se organiza en 2 niveles a modo de loft de carácter masculino lleno de piezas de diseño moderno y estilo elegante. Un apartamento de espacio abierto en el que predominan los colores fríos en contraste con colores fuertes llenos de vida como el rojo o el verde de las plantas. Cada rincón nos descubre piezas exclusivas y grandes clásicos del siglo XX. Eclecticismo medido y sereno que refleja el carácter de su dueño donde los rincones escasean de luz y no huye de los excesos siendo protagonista de la decoración el cúmulo de objetos decorativos de diseño cuyo estilo es principalmente contemporáneo.

Cada estancia presenta una especie de malgama de sofás, sillas y taburetes totalmente distintos y con estilos contrapuestos como el pequeño sofá de cuero de corte clásico, ligado a la decoración de época victoriana o barroca, con la ‘chaise longe’ multifuncional. La cocina es espectacular, completamente abierta de estilo industrial y llena de ese «frenesí» coleccionista que inunda cada rincón. Destaca el minucioso detalle y la colocación estratégica del conjunto de artículos que componen su interior.

 La estancia común de salón bicolor en blanco y negro, con ciertas pinceladas de rojo, hace destacar la colección enorme de cerámica expuesta e integrada en la propia decoración. Otro de los elementos que adquiere un papel protagonista por su diversidad de estilos son las lámparas colgantes, de mesa o ancladas al suelo. Aunque con espacio propio y de estilo moderno, se conservan piezas vintage como un pequeño espejo de barbería o una pequeña pila de mármol junto al lavabo principal.