A modo de loft, este interior gira alrededor de un pilar rectangular donde se situaron los conductos de servicio y suministro de toda la vivienda, y que se ha utilizado como elemento decorativo formando parte del ambiente y se ha revestido de madera en blanco. Al estar situado en una calle concurrida y ser un piso bajo, se hallaba a merced de las curiosas miradas de la gente que paseaba por ella, con lo cual, en la parte inferior de las ventanas, se optó por protegerlas con una película opalescente o translúcida que permite la entrada de la luz, pero que la mantiene libre de las miradas curiosas del exterior. En un espacio completamente abierto y compartido donde el salón se une al comedor y la cocina de forma armónica y natural, con una paleta de base blanca que ilumina todo el espacio interior generando sensación de amplitud y limpieza.

 El solado de madera aporta el toque de calidez a un ambiente de estilo nórdico sencillo donde los materiales y la gama cromática neutra son los protagonistas. En la zona de cocina, en todo el frente de trabajo se proyecta un frontal de piedra en formato de listones imitando a madera, en gris grafito que crea el contraste ante tanto blanco.

En la pared del dormitorio se juega con el muro en estado natural sin alisar al que se le ha dado el yeso con paletina emplasteciendo y creando un movimiento original, a modo de las paredes de los lofts newyorkinos. El efecto es precioso con un toque industrial en contraste con el interior tan femenino y nórdico.

¿no os parece un espacio lleno de limpieza visual y luz?

¡Feliz día a todos!