Hoy quiero mostraros una vivienda que aúna dos estilos tan dispares como complementarios: el industrial y el nórdico. El edificio dónde se fija esta vivienda es una antigua carpintería situada al sur de Suecia, cuya transformación a dado lugar a un espléndido hogar repleto de matices que la convierten en una casa con alma y personalidad. Los tonos neutros son los auténtico protagonistas en la decoración, en la que solo se introduce el color en pequeñas dosis, en los dormitorios infantiles. Una casa amplia con un generoso jardín y con una fachada que nos recuerda sus orígenes como antigua carpintería.

Su mobiliario es sencillo, funcional y muy singular, de piezas ligeras a pesar del enorme espacio para distribuir, y el fondo de ladrillo recuperado de su antigua función como carpintería, crea una armonía y una atmósfera de carácter nórdico-industrial muy actual. Otro elemento muy industrial son las vigas metálicas de techo que mantienen su «alma». El ladrillo aporta la calidez necesaria en el área de comedor, cuya paleta de color crea una senación de orden y equilibrio muy interesante.

Como toda decoración escandinava que se precie, sus paredes son un lienzo en blanco donde las pinceladas de color de complementos y piezas decorativas, aportan vitalidad y alegría. El exterior del edificio se conserva igual a cuando se construyó, siendo el interior el que ha sido renovado con un toque industrial. La casa cumple con todos los requisitos para vivir con mucho espacio y un jardín encantador. Techos altos, solados de madera, mucha luz natural, la pared de ladrillo, una paleta de colores neutros, mucho verde y la luz radiante por las ventanas …

Un ejemplo ideal de cómo se pueden combinar varios estilos y crear un a miscelánea perfecta sin caer en errores decorativos. Una casa perfecta y una renovación apta para amantes de los espacios amplios y el estilo con carácter. ¿qué os parece?

¡Feliz día a todos!