El baño no suele ser un espacio en el que pasemos mucho tiempo, pero aunque no dispongamos de muchos metros, no debemos prescindir del estilo y la funcionalidad. Hay muchas formas de aprovechar y distribuir este espacio, como prescindir de la bañera y diseñar una práctica ducha de obra que nos permita versatilidad en el espacio y comodidad, sin perder un ápice de calidez y confort. La proyección y realización de una ducha de obra tiene muchas ventajas, ya no sólo en el aspecto decorativo, sino en el funcional. ¡Inspírate en estas ideas!.

• La gran variedad de los acabados de las duchas de obra abre un abanico de posibilidades tanto en diseño como en uso (acabado de piedra relajante o gresite antideslizante). Se puede diseñar como uno quiera, se puede plantear una ducha con formas curvas o adaptar las dimensiones de la ducha a la superficie disponible en el baño, no hay limites a la hora de diseñar. Igual que las opciones de personalización son infinitas en cuanto al diseño de la forma, ocurre con la elección de los acabados.
• Si dispones de un suelo técnico, solera o forjado que lo permita, la ducha puede estar al mismo nivel que el pavimento; esto es una ventaja de accesibilidad muy significativa.
• El diseño de la ducha puede ajustarse a las necesidades de la estancia, por lo tanto se podrá obtener mayor eficiencia del espacio. Los nuevos materiales y las mamparas permiten un diseño prácticamente a medida, incluso, en el precio.

Si la ducha a medida de obra se sitúa a ras de suelo, es aconsejable escoger un suelo distinto al azulejo del baño, ayudando así a separar los ambientes de una forma visual. Si tu baño es pequeño, mi consejo es que dejes el mismo revestimiento en todo el espacio para dar una mayor sensación de amplitud.