Ya conocéis mi debilidad por las cocinas y más si son de estilo industrial o vintage. Hoy quiero mostraros una con un diseño singular y muy alegre que resulta el mix perfecto de colores, estilos y piezas. A caballo entre lo industrial y lo nórdico, sus paramentos en blanco son el soporte a la decoración y complementos en color haciendo que destaquen. Es cierto que cuando piensas en el estilo industrial, lo primero que te viene a la cabeza son las tuberías vistas, el hormigón, las vigas vistas, los metales… pero en esta cocina, la excepción confirma la regla y como podéis observar, lo industrial no tiene por qué ser frío o alejado de la calidez y el color.

Con reminiscencia de tiendas antiguas y chamarilerías, esta cocina resulta un espacio aséptico con una base de color en blanco con azulejos cerámicos de 20×20 cms con llaga en negro a modo de cuadrícula, con los estantes abiertos con todo a la vista y con lámparas colgantes y de tipo aplique que refuerzan el eclecticismo propio de la estancia.

De esas cocinas que enamoran por su estilo personal y lleno de detalles ¿no creéis?