La mayoría de los muebles de la vivienda son de madera de roble o fresno y el solado interior de abeto y pino, más fuerte y más cálido al tacto para andar con los pies descalzos. Con un concepto interior cercano al minimalismo pero en su versión más cálida, recogen ciertas piezas antiguas dándoles un nuevo significado en el interior decorativo. En la terraza las mesas y las sillas están realizadas a partir de las puertas. Los techos de la terraza y el espejo son realizados a partir de las viejas ventanas. Un espacio que destila simplicidad escandinava: madera cálida, metal caliente, y vidrio ligero que se aúna con el gris de la paleta neutra de base del conjunto.

Las ventanas aportan el plus de luminosidad que se ve reflejado en paredes, ampliando visualmente un espacio de por sí abierto y comunicado. Pocos elementos decorativos y elementos que encuentran su sitio.

Es una de esas viviendas que invitan a escuchar música en un viejo tocadiscos o ver películas clásicas al calor de la chimenea. ¿No creéis?